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ECHO Pasantes apoya a los médicos recién licenciados que trabajan en comunidades rurales

A través del Proyecto ECHO, estos médicos reciben el apoyo y la orientación continuos y esenciales de expertos mientras se embarcan en su año de servicio.
A young female doctor looks between a patient's legs (feet and gown visible). A male clinician, wearing a face mask, looks from beside her.

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En México, el último año de la carrera de medicina tiene lugar en las comunidades más remotas y marginadas del país, donde los jóvenes médicos se enfrentan a menudo a problemas de suministro poco fiable de medicamentos, equipos médicos anticuados y falta de acceso a especialistas. Todos los nuevos médicos de México deben realizar un año de servicio social en una zona remota, lo que supone una red de seguridad para la población de las comunidades rurales y desfavorecidas.

Históricamente, estos médicos de servicio social, conocidos como “pasantes”, no han sido supervisados ni apoyados, lo que ha diluido su impacto en las comunidades en las que trabajan.

Ahora, sin embargo, los profesionales de los estados mexicanos de Hidalgo, Morales, Oaxaca y Tlaxcala reciben apoyo continuo e intercambian las mejores prácticas a través del Proyecto ECHO. El Programa Pasantes ECHO, una colaboración entre el Instituto ECHO, la Universidad Nacional Autónoma de México y los departamentos de salud estatales, ayuda a los pasantes a ejercer la medicina en zonas con pocos recursos. A través de ECHO, estos nuevos médicos adquieren confianza y habilidades para resolver problemas, haciendo que su año de servicio sea más impactante – y más satisfactorio.

Mejorar sistemáticamente la atención al paciente

“Inclusive, los mismos pacientes refieren que han notado como una mejoría mayor en el trato que se tiene con ellos, afirma Abimael García Pérez, un pasante que trabaja en un centro comunitario de una zona desfavorecida de Ciudad de México. ” Creo que este tipo de programas nos ayuda mucho sí a mejorar la calidad de atención con los pacientes, pero también nos brinda mucha seguridad como médicos al saber que lo que hacemos tiene un mayor sustento”.

A female doctor removes works on a patient's arm

Pasante Alejandra Arroyo Cordero trabaja en la Unidad Cuautepec de Hinojosa en Hidalgo. Foto cortesía de: Programa Pasantes ECHO, octubre de 2024.

El programa Pasantes ECHO se puso en marcha en marzo de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 estaba avanzando. Debido a las diferencias poblacionales, epidemiológicas y geográficas, cada uno de los cuatro estados participantes dirige su propio programa ECHO en colaboración con una universidad local. Sin embargo, los cuatro programas participantes se centran en la atención primaria, abordando cuestiones como la salud materno-infantil, las enfermedades cardíacas, los problemas dermatológicos y otras enfermedades comunes.

Durante las sesiones de ECHO, un pasante presenta un caso de su práctica. Otros participantes hacen preguntas aclaratorias y, junto con expertos de la universidad local, formulan recomendaciones para los próximos pasos.

Prácticas guiadas en zonas rurales

Erika Nájera, pasante que trabaja en el estado de Tlaxcala, recuerda una presentación de una de sus colegas sobre la fiebre pediátrica que le ayudó cuando se encontró con una madre angustiada cuyo hijo tenía fiebre alta. Gracias a la sesión de ECHO, Nájera pudo explicar a la madre con confianza cada etapa del proceso de tratamiento y tranquilizarla. “Se trata de una enfermedad que puede afectar a niños menores de cinco años, y esa es la gran diferencia que hay que explicar a los padres, para que no transmitan su miedo a sus hijos y no estén constantemente alertos”, afirma. “Así que hay dos partes: cómo tratar a los padres y cómo tratar el caso”.

Para Alicia Romero Aguilar, una pasante que trabaja en el estado de Hidalgo, tener acceso a especialistas universitarios ha sido especialmente útil. Recuerda la presentación de un caso que hizo durante una sesión de ECHO sobre una paciente que parecía padecer de una dermatitis atípica. A medida que avanzaba la presentación, sus colegas y un médico especialista hicieron preguntas aclaratorias y llegaron al diagnóstico de fotodermatitis, o “alergia al sol”.

Romero Aguilar señala que en la comunidad a la que atiende, la dermatitis es frecuente, y los pacientes preguntan  frecuentemente cómo tratarla y cuánto dura. Aguliar dice que ahora tiene la información que necesita para “transmitir a toda la comunidad, más o menos, el tiempo de recuperación y cómo deben cuidarse”, e incluso cómo prevenir la enfermedad.

El caso es un gran ejemplo de cómo ECHO no sólo ayuda a formar a jóvenes médicos para que pratiquen la medicina, sino que también apoya la construcción de sistemas sanitarios, ya que los pasantes son la base de la atención en las zonas rurales y desatendidas de México. Sin pasantes, la gente de muchas de estas comunidades no podría recibir atención médica. A través de ECHO, los pacientes tienen acceso a la atención de pasantes y especialistas. El objetivo es ampliar el programa a los 32 estados de México.

Si desea más información sobre los programas y socios del Proyecto ECHO en América Latina, envíenos un correo electrónico en portugués. inglés, o español  

Imagen destacada: La pasante Alejandra Arroyo Cordero trabaja en la Unidad Cuautepec de Hinojosa, Hidalgo. Foto cortesía de: Programa Pasantes ECHO, octubre de 2024.

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Media Contact:

Ben Cloutier
Director of Communications & Marketing
Project ECHO
(505) 252-4157
BeCloutier@salud.unm.edu